La actividad física es buena para la embarazada. Incluso, a partir del segundo y tercer trimestre del embarazo resulta necesario practicar un deporte que ayude a preparar el cuerpo para el trabajo de parto.
Lo recomendable es realizar una rutina de ejercicios que te ayude a fortalecer tus sistemas muscular, circulatorio y respiratorio, pero que no requiera de mayor esfuerzo; pues esto generaría una excesiva acumulación de ácido láctico que es nocivo para el desarrollo de tu futuro bebé. Y a la vez, producen las sensaciones de desvanecimiento y malestar.
Evita los deportes fuertes y los que puedan producir riesgo de caída, como el esquí, la equitación, el tenis o el correr. Los ideales en tu estado serán la caminata, la natación y el yoga.